Las autoridades de la ciudad de Nueva York han modificado las normas que impedían a las personas fallecidas e incineradas ser enterradas en los cementerios de sus mascotas, siempre y cuando no cobren ni anuncien este servicio.
El enterramiento de humanos en los cementerios de mascotas era una práctica habitual aunque no regulada que se realizó hasta que The Associated Press publicó un artículo en 2011 sobre esta práctica y la División de Cementerios de Nueva York los interrumpió. Más tarde y debido a la multitud de solicitudes hizo la prohibición menos estricta de manera limitada y comenzó a trabajar en implementar normas permanentes.
Ed Martin, dueño del Cementerio de Mascotas Hartsdale (fundado hace 117 años) en el Condado Westchester aseguraba en una entrevista que todos los años reciben cinco o seis solicitudes de personas que desean que sus cenizas funerarias sean enterradas con sus mascotas.