Unas obras incompletas en el cementerio de Priegue dejan el camposanto peor de lo que estaba

El cementerio de Priegue parece que ha sufrido un bombardeo, pero no ha sido así aunque los vecinos se mantengan en pie de guerra. Priegue es una parroquia perteneciente al municipio pontevedrés de Nigrán, en Galicia

Unas obras incompletas para acometer el drenaje ha dejado todos los nichos agujereados y las zanjas abiertas. Las familias propietarias de las tumbas están indignadas porque después de haber pagado mucho dinero por esta actuación ven que ahora el camposanto está peor de cómo se encontraba.

Es muy fácil meter el pie en una de las zanjas abiertas y caerse. También hace daño a la vista y los sentimientos ver cómo los habitáculos donde reposan los restos mortales de sus antepasados han sido agujereados. La falta de mantenimiento hace que además las silvas invadan las escaleras de acceso, ofreciendo una imagen de completo abandono.

Lo que más duele a los vecinos es ver cómo han estado pagando por unas obras que ahora creen que eran del todo innecesarias. Más de un centenar de personas han denunciado a la empresa a la que la antigua directiva había encargado de la gestión del cementerio.

Quieren que el juzgado depure posibles responsabilidades, incluso penales si las hubiera, porque el sentimiento generalizado en la parroquia es que han sufrido una estafa y coacciones.

Al mismo tiempo, quieren que el Ayuntamiento tome cartas en el asunto, puesto que el cementerio se encuentra sobre suelo municipal y afirman que las obras se llevaron a cabo sin ningún tipo de concesión administrativa.

La empresa argumentó que uno de los nichos estalló por la falta de drenaje, haciendo que salieran restos humanos en descomposición y que eran necesarias obras de legalización.

El percance motivó una inspección de la Xunta y la posterior ejecución del polémico proyecto de drenaje. Los vecinos no creen que se produjera el percance y creen que todo fue una maniobra para provocarles un gasto de alrededor de 77.000 euros y una absoluta destrozo en el cementerio parroquial.

Se basan en que no se les han facilitado ninguna documentación que acredite la apertura de un expediente por parte de las autoridades sanitarias de la Xunta de Galicia. Por otra parte, afirman que las obras no eran necesarias, puesto que la ampliación del cementerio data de la década de los años 80, mucho antes de la entrada en vigor del Real Decreto de Policía Sanitaria Mortuoria.

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