Muchos vecinos de Albalat dels Tarongers (Valencia) se han quedado sin tener llaves del cementerio parroquial, como ocurría en la población desde hace años, después de todo el revuelo originado tras la reciente detención del enterrador acusado como presunto autor de profanación de tumbas, que al parecer grabó en vídeo y posteriormente envió al alcalde, Filiberto Prats, y éste lo denunció ante el cuartel de la Guardia Civil.
La negativa del acusado a devolver a la iglesia las llaves del camposanto ha hecho que la parroquia cambiara las cerraduras y que el sacerdote haya decidido empezar a controlar quién tiene copias, algo que hasta ahora no se había hecho en la localidad, como confirmaron varios vecinos a Levante-EMV. El cura aseguraba a este diario que su intención es intentar evitar que «puedan caer en malas manos» y explicaba que, para facilitar el acceso a los vecinos, «se ha puesto un horario de apertura tanto de mañana como de tarde».
Además, aseguraba que «no se ha negado a hacer copias» y que «si alguien quiere, puede tener unas, pero siempre firme un escrito haciéndose corresponsable del estado del recinto, dado que es un lugar sagrado». A su juicio: «Esto es más lógico que el hecho de que cualquiera tenga llave y pueda hacer copias de forma incontrolada». Asimismo afirmaba no haber recibido ninguna queja por esta cuestión.
Las precauciones del párroco no han sorprendido en la población, como aseguraban varios vecinos consultados por este diario. En su opinión, es «normal» que se haya querido controlar el acceso al recinto «al menos, ahora que está todo tan reciente». Tampoco veían problemas a la medida «siendo que se va a abrir por la mañana y por la tarde».
No obstante, había quien lamentaba no poder ir siempre que quisiera al cementerio, con total libertad, como había hecho durante años. El párroco admitía que, de no haberse producido la detención «del hombre que colaboraba con la iglesia» como enterrador, él en ningún caso se hubiera planteado controlar quién tenía las llaves del cementerio. «Si no llega a ser por lo ocurrido, nunca lo hubiera pensado pero, ahora, he decidido hacerlo de otra manera», decía.
Como ya ha venido informando este diario, el vecino de Albalat arrestado por una supuesta profanación de tumbas, Miguel Ángel Castillo, justificó a este diario su comportamiento diciendo que había grabado los videos «haciendo tareas propias de su trabajo» como forma de justificar que él estaba trabajando en el cementerio «sin tener contrato ni estar asegurado por la iglesia», si bien fuentes consultadas por este diario consideraban que hay imágenes irrespetuosas con personas enterradas allí.
Estas grabaciones trascendieron cuando el alcalde recibió un mensaje en su móvil «amenazante» donde al parecer el enterrador le advertía de que difundiría las imágenes si no le hacían un contrato. Al ver el video en una copia que le habían dejado en el ayuntamiento, el presidente de la corporación lo denunció ante la Guardia Civil al considerar que podía haberse cometido un delito y ello desencadenó el arresto. Ante lo ocurrido, la parroquia pidió a Castillo que no volviera y buscó a unos voluntarios para hacerse cargo del cementerio.