Familiares no han podido visitar a sus difuntos por estar cerrada una zona del cementerio

«Está cerrado y me dicen que aproveche otros entierros para ir a la tumba de mi padre», lamenta un afectado. El ayuntamiento de Cáceres lo achaca a un posible error y afirma que «de inmediato» este recinto se abrirá todos los días

Ángel Luis Lavado enterró a su padre el sábado, 12 de enero. Desde entonces solo ha podido visitar una vez su tumba, aprovechando que se estaba oficiando otro sepelio para entrar al recinto. Su padre ha sido la segunda persona en recibir sepultura en la parte nueva del camposanto de la capital cacereña, y desde ese momento le comunicaron que las puertas estarían cerradas, y que tendría que subir a las oficinas para que le acompañaran cuando quisiese pasar unos minutos junto a la tumba. Pero ni siquiera fue así. Dos días después, el personal le aconsejó que acudiera a la hora de otros entierros para poder entrar, al no existir autorización.

Este periódico se puso ayer en contacto con el ayuntamiento tras conocer lo sucedido. «Ha debido de ser un error de funcionamiento, eso no puede ocurrir y de hecho no volverá a ocurrir», explicaron desde el gabinete de comunicación tras consultar el problema con los responsables. Lo cierto es que ya hay varias personas enterradas en la zona ampliada del cementerio, y por lógica su número irá en aumento, de modo que las visitas se harán cada día más frecuentes.

Ángel Luis Lavado espera poder acompañar a su padre todas las veces que desee sin ninguna traba. La experiencia de esta primera semana ha sido «muy amarga», por ello, y en vista de que no le daban una solución, decidió denunciarlo públicamente para que no le siguiera ocurriendo a otros familiares. «Todos los días he bajado al cementerio y todos los días, excepto uno, he tenido que subirme sin poder entrar», lamenta.

Cuando falleció su padre, les comunicaron que tendría que ser enterrado en la zona ampliada del camposanto puesto que ya no quedaba espacio en el cementerio antiguo. De hecho, el nuevo recinto se construyó con rapidez debido a la escasez de nichos. «Mi padre ha sido la segunda persona en recibir allí sepultura, pero nos sorprendió que los mismos empleados cerraran la puerta cuando acabó el funeral y nos dijeran que pasáramos por la oficina de arriba cuando quisiéramos visitarlo, que nos acompañarían y nos abrirían», relata Ángel Luis.

Aunque el proyecto lo contempla, las dos zonas del cementerio no están comunicadas de momento, por tanto solo hay un acceso por la avenida Cordel de Merinas, junto al crematorio. «Al principio quise entenderlo, aquello es una obra nueva y yo no estaba en el mejor momento», explica este cacereño, que a los dos días del funeral, es decir, el pasado lunes, bajó al cementerio y se presentó en las oficinas a media mañana.

«Entonces el personal me dijo que no estaban autorizados a abrir a nadie, salvo los entierros. Cuando les pedí hablar con un responsable, me comentaron que solo el arquitecto de la obra me podía dar la autorización, y que en ese momento estaba de vacaciones», indica Angel Luis Lavado. La única solución que le dieron fue que se acercara de nuevo a las cinco de la tarde de ese lunes, porque había un sepelio y podría aprovechar para entrar. «Dio además la casualidad de que yo conocía a la persona que iba a enterrarse, y no tenía ánimos para asistir a otro funeral dos días después del de mi padre», confiesa.

Pero el martes por la mañana, Ángel Luis regresó al cementerio y esa vez lo encontró abierto porque había otro sepelio. Entonces pudo visitar la tumba, «aunque los asistentes al entierro estaban lógicamente ocupando la zona de los nuevos nichos, y tuve que esperar a que terminara el funeral. Además, el dolor vuelve a multiplicarse cuando ves esas escenas y acabas de pasar por el mismo trago. Esto es una falta de tacto», lamenta. No ha podido visitar más a su padre. «He ido cada día y la puerta siempre estaba cerrada, pese a que la empujo y la compruebo bien antes de marcharme», explicó ayer. El martes ya había cinco personas enterradas en la zona ampliada.

El ayuntamiento se apresuró ayer a solventarla situación. «El cementerio nuevo debe estar siempre abierto igual que el antiguo, ha sido un error», subrayó el gabinete de comunicación, que no especificó las causas concretas que han provocado esta circunstancia. Sin embargo, aseguró que la situación se normalizará con rapidez «Mañana, incluso hoy mismo (por ayer), los familiares podrán entrar a ver las sepulturas», matizó.

 

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