El presidente del la Patronal Nacional de Servicios Funerarios (Panasef), Juan Vicente Sánchez-Araña, ha afirmado que la crisis económica afecta de tal forma a muchas familias españolas que las empresas funerarias se ven obligadas a financiar una parte de sus servicios.
Sánchez-Araña ha presidido en Logroño el XI Congreso de Panasef, organización que ha integrado a más de 200 empresas funerarias, ha asegurado que la crisis exige a las empresas del sector facilitar a las familias la financiación necesaria para que puedan enterrar a sus muertos dentro de sus posibilidades.
También ha añadido que el coste de un servicio funerario oscila entre los 2.000 y los 2.500 euros según las posibilidades de la familia, precio que con la actual situación económica las empresas se ven obligadas a «aquilatar» y ofrecer el mismo servicio por «mucho menos dinero».
Cuando las familias no pueden pagar esa cantidad, el servicio lo pagan unas veces los municipios a través de la beneficencia y en otras ocasiones lo financian las empresas funerarias para que las familias paguen a plazos.
En España fallecen anualmente unas 350.000 personas, y las 200 empresas asociadas a Panasef cubren los servicios funerarios de alrededor de la mitad, según su presidente, que no ha concretado el volumen de la facturación.
Ha señalado que es difícil conocer la facturación con exactitud porque intervienen factores añadidos, como las lápidas, las tasas de los cementerios, las esquelas de los periódicos, las coronas de flores y otros elementos.
El sector de empresas funerarias ocupa en España a entre 30.000 y 40.000 trabajadores, según el presidente de Panasef, quien no cree que la crisis y los ajustes en sanidad y farmacia incrementen el número de fallecimientos.
«La situación es difícil, los ajustes son necesarios y hay que buscar soluciones para los muertos, para los enfermos y para los que tienen