En su comparecencia del pasado lunes, Juan Calparsoro se refirió a las cuatro exhumaciones llevadas a cabo en cementerios de Gipuzkoa por orden judicial. En dos de ellas no se hallaron restos de los bebés supuestamente enterrados allí. Al respecto, aseguró que existen «discrepancias» entre los forenses sobre si los restos biológicos de los recién nacidos pudieran o no desaparecer totalmente con el paso del tiempo.
Según explicó, por un lado están los expertos del Instituto Vasco de Medicina Legal, que se ocuparon de las exhumaciones y que consideran que «allí en ningún caso se enterró el recién nacido».
Sin embargo, otros médicos, como el forense Francisco Etxeberria y los expertos del Instituto Nacional de Toxicología entienden que «no es descartable que esos restos hubieran desaparecido por el paso del tiempo y las características del terreno y la humedad». Calparsoro reconoció que esta disparidad de criterios de los expertos provocan «una duda razonable» y son un «obstáculo para avanzar». En este sentido, el fiscal aseguró que el caso de la exhumación de la familia Losa Ocáriz en el cementerio de Polloe de San Sebastián «es el que más nos preocupa».